23 de noviembre de 2010

Guilherme De Aguiar Patiota


29 de Septiembre.
Panel 1.
Expositor: Guilherme de Aguiar Patriota

Bueno, en primer lugar muchas gracias al Dr. Marcelo Gullo y a la Universidad de Lanús por la invitación. Es un honor para mí estar acá. Soy diplomático de carrera y estuve en una misión en ante Naciones Unidas; ahora trabajo con el Profesor Marcuello García que es el asesor especial del Presidente Lula, en la presidencia de la republica; y voy a hablar un poco del tema de hoy día que es el aporte que UNASUR podría hacer para la reivindicación de la soberanía Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur.

No soy un experto en la gestión jurídica, pero voy a presentar un cuadro impresionista desde el punto de vista diplomático brasilero y de nuestra política externa actual; y hablaré un poco más libremente, ya que no tengo acá un discurso estructurado de la posición oficial, formal de Brasil. Pero voy a hablar de una manera más libre para fomentar una reflexión.

En primer lugar yo creo que es importante tener presente que la importancia del conflicto de Malvinas, un poco en la historia reciente de la aproximación entre Brasil y Argentina, es un poco el eje a partir del cual se tradujo el ideal histórico de la aspiración conjunta de nuestras sociedades de una integración más profunda de  la región de América del Sur y de manera más amplia América Latina y el Caribe.

El conflicto en 1982, que a pesar de las tragedias de perdidas de vidas humanas que ocasionó, de alguna manera creo que propició una ocasión para llamar la atención de las políticas nacionales de los países de la región para la importancia de una más grande aproximación y solidaridad  frente a  una amenaza externa. Y frente a una  situación en que los aliados tradicionales fallaron en sus apoyos a lo que consideramos nosotros una reivindicación histórica legítima de un país de la región sobre las Islas.

Esto generó todo el proceso de acuerdos bilaterales en el período Alfonsín–Sarney, un creciente trabajo diplomático de construcción de confianza mutua, de medidas de confianza. Empezamos a tratar directamente entre los dos países las gestiones muy complejas de energía nuclear para fines pacíficos. La construcción de un sistema de avaluación y transparencia mutua. La salvaguardias con la Agencia Internacional, la expansión de este eje de cooperación y aproximación bilateral para un proyecto subregional de integración que se procesó inicialmente por la creación de una área de libre comercio, después en la unión aduanera y el MERCOSUR -que se empezó como un proyecto comercial incluso de colores un poco neoliberales al inicio, yo diría-, pero que con el pasar del tiempo y la evolución un poco más hacia el progresismo o la izquierda en algunos gobiernos de los países, yo creo que asumió un color un poco más amplio que el simple liberalismo comercial.

Pero el proyecto del MERCOSUR hoy evoluciona en dirección a una agenda mucho más amplia que tiene coordinación de políticas sociales, un parlamento y políticas de comunicación en todos los campos prácticamente. Se busca una inscripción incluso más amplia que el ámbito geográfico de los cuatro, y un proyecto que tiene ya una importancia política también incluso con incursiones en el área de seguridad y defensa con la declaración del MERCOSUR que establece a éste como área libre de armas nucleares. Las cláusulas diplomáticas del MERCOSUR, por ejemplo, son todas etapas de un círculo concéntrico que se va ampliando desde el puramente comercial hacia direcciones mucho más complejas, integradas y como una plataforma de la integración.

Yo creo que en este proyecto, a pesar de las críticas que sufre en cuanto a lo difícil que es avanzar en lo comercial, ha avanzado en mucho más que lo comercial, estamos avanzando hacia la integración más profunda. Buscamos hoy día, y este es el proyecto yo creo del gobierno del Presidente Lula, en una integración que no es sencillamente abrir los mercados para productos comerciales. Porque si hacemos solamente eso nos encontraríamos en una situación de muy difícil complementariedad entre las economías de nuestra región. Con parceros siempre perdiendo y otros siempre ganando, por lo tanto la solución es ampliar el enfoque y no quedarse en lo puramente comercial. Tenemos que hacer la integración de cadenas productivas, una integración de políticas sociales, de políticas de empleo, de políticas de protección social; mirar hacia la gestión de los sistemas de pagos. En fin, poner toda la política pública sobre la mesa y articularlas de una manera más integrada porque ahí sí encontraremos mucho más campo para hacer una integración complementaria y que sea benéfica para todos los países, independientemente de los grados de desarrollo que cada uno tenga.

En este contexto estamos ampliando más allá, hacia la consolidación también de una integración de América del Sur, con el Caribe y América Central. Cada proceso tiene varios foros, los foros son distintos, las estructuras institucionales son múltiples. Pero yo creo que el deseo, por lo menos de Brasil, es marchar adelante hacia una convergencia. Entonces no es tan importante que existan múltiples ámbitos y foros de integración. Lo importante es que marchemos rumbo a una convergencia del proceso; y es su consolidación institucional y de agenda substantiva.

Bueno, este proceso yo creo que es una etapa fundamental de la cual no podemos huir. Encarar las gestiones de defensa y seguridad que son importantes para los países de nuestra región, es una etapa quizás más elaborada o más difícil de tratar, porque es políticamente mucho mas compleja que sencillamente reducir un arancel para un producto que es producido desde Argentina hacia Brasil, o hacia Perú o Bolivia. Acá comenzamos a tratar con gestiones mucho más profundas que tienen por implicación cambios mucho más radicales en el orden del poder mundial. Estamos intentando ensayar un paso adicional en el proceso histórico de nuestra integración. Y el gobierno de Brasil esta plenamente comprometido con este proceso. América del Sur y la integración es una prioridad absoluta del proyecto de política externa del Gobierno de Brasil actual.

En este contexto, no voy a enumerar, pero la gestión de Malvinas es simbólica y es de una complejidad extrema. Y yo, mientras pensaba en esta charla y venia para acá, pensaba que uno encuentra repercusiones del problema Malvinas en casi todos los ámbitos, no sólo en el ámbito de estratégico de defensa, sino también en el ámbito argentino doméstico, en el ámbito de gestiones de recursos naturales, en ámbitos de proyección hacia la Antártida, en los reclamos por reivindicación de soberanía hacia Antártida que es una cuestión jurídica, en el ámbito del derecho de mar, en el ámbito del medioambiente. Es de una complejidad muy muy grande. Pero yo creo que hubo avances muy importantes, a partir del gobierno en la Argentina de la Presidente Cristina Kirchner; y ante el hecho de una actividad del Reino Unido de explotación de petróleo en las aguas circundantes al archipiélago de Malvinas, yo creo que ahí se empezó a retomar un poco el tema y a reposicionarlo en la agenda regional y multilateral en Naciones Unidas también.

Entonces ahí yo creo que entramos en una nueva etapa de tratamiento del tema. En ese sentido, los instrumentos de integración en que pasamos -por lo menos el gobierno de Brasil los últimos 8 años-, invirtiendo en la construcción de esta institucionalidad a la integración que es múltiple y compleja. ¿Es MERCOSUR? ¿Es MERCOSUR y estados asociados? ¿Es UNASUR? ¿Es UNASUR más Caribe? ¿Es CARICOM? ¿Es Brasil-Argentina? Es todo una red muy compleja con una gran inversión de tiempo y energía y esfuerzo diplomático, pero yo creo que caminamos todos hacia el mismo rumbo. En ese contexto se plantea nuevamente a partir de una iniciativa del gobierno argentino, pero también a partir de acciones que vienen de afuera, acciones que vienen del gobierno del Reino Unido, se plantea de nuevo un tratamiento más importante a Malvinas. Y ahí creo que Malvinas tiene el potencial de ser un elemento simbólico de unificación de la solidaridad y de la promoción de la integración.

Los pasos que dimos fueron que el tema de hecho entró en las agendas de UNASUR y tuvimos también la reunión de la Unidad de América Latina y el grupo de Río en febrero pasado. En todos estos ámbitos encontraremos declaraciones muy recientes, adoptadas este año sobre la gestión de Malvinas, y también sobre la gestión de las acciones unilaterales del Reino Unido en dirección a la explotación petrolera en la región de los archipiélagos con un rechazo muy fuerte de la región en relación a esta acción unilateral del Reino Unido. Y con una declaración al nivel más alto de que eso no es compatible con las resoluciones adoptadas sobre el tema en Naciones Unidas, en la OEA, en varios ámbitos, que indican que ninguna de las partes debería realizar iniciativas unilaterales que cambien el contexto del status quo, mientras esté en curso un dialogo bilateral con miras a encontrar una solución pacifica y muy pronta para el tema.

En ese sentido apoyamos la visión regional, que es la visión argentina de que la acción del Reino Unido no está conforme a las resoluciones que se adoptaron multilateralmente, regionalmente y acá en la región. Una condena muy fuerte.

Adicionalmente Brasil también se incluye hoy día en el ámbito de todos los países de la región que apoyan firmemente no sólo los derechos legítimos argentinos en la disputa por soberanía de las Islas Malvinas pero también este derecho sobre las Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur y áreas circundantes, como se dice en el lenguaje más jurídico de las resoluciones de Naciones Unidas. Este fue un paso bastante grande desde el punto de vista de Brasil. Lo adoptamos en la cumbre de San Juan del MERCOSUR por medio de una declaración presidencial bilateral del Presidente Lula con la Presidente Kirchner, en que históricamente Brasil siempre hablaba de Malvinas, la cuestión de Malvinas y nunca mencionaba las Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur. Finalmente el 3 de Agosto, en esta declaración bilateral a nivel más alto, dimos un paso más allá y ahora estamos en  sintonía con la posición regional, incluso la posición de la Cumbre de la Unidad que se realizo en febrero en Cancún.

Dos pasos muy importantes, porque en Cancún el tema logró el apoyo de las Islas del Caribe, muchas de ellas que se encuentran en un ámbito de fuerte influencia británica porque son islas de antiguas colonizaciones inglesas miembros del Commonwelth. Y estas Islas también firmaron la posición regional; entonces tenemos hoy una posición que es Sudamericana, Latinoamericana y Caribeña también, y Brasil con el paso adicional que dio el 3 de octubre, yo creo que está alineado en una posición que es completa de apoyo a la Argentina, no es parcial, no hay ambigüedades, nuestra posición se extiende a todo el espectro de la reivindicación argentina en el área. Además de estos pasos sustantivos estamos muy dispuestos todos los países a seguir ahora en el tratamiento del tema de una manera regional, a proseguir en la regionalización del tema.

Yo no voy a extenderme mucho más. El 3 de octubre tenemos elecciones en Brasil y creo que la posición brasilera es una posición firme de Estado histórica desde 1833. No va a cambiar, pero está claro que nuestra esperanza es que se pueda proseguir con la misma visión actual, con el mismo énfasis en relación a la integración regional. Y con eso hay que dar pasos adicionales en el fortalecimiento institucional de los mecanismos de integración. Yo creo que para avanzar más, en el futuro tenemos que pensar en dar los pasos adicionales en estructuras supranacionales para MERCOSUR, UNASUR, etc.

En UNASUR dimos un paso importante también con la designación del Ex Presidente Kirchner como Secretario Ejecutivo de UNASUR. En UNASUR tenemos también un ámbito nuevo que es muy importante para el debate del tema y su tratamiento concreto que es el Consejo de Defensa de la América del Sur, el CDS, que está aún en proceso de creación y de fortalecimiento institucional. La propia UNASUR aún depende de ratificación por los Parlamentos Nacionales para alcanzar el número suficiente para que entre en vigor el Estatuto Constitutivo del Foro. Pero el Consejo de Defensa es un ámbito en el que el tema
Malvinas se lo podría tratar de una manera muy concreta dentro de una perspectiva de seguridad colectiva regional y solidaridad regional. Más allá de los ámbitos comerciales, económicos, de preocupaciones de derecho del mar, de todos esos ámbitos, yo creo que hay un ámbito propiamente de defensa que también en el futuro, en un largo plazo se podría encaminar para la creación de una doctrina de seguridad colectiva regional de la América del Sur, con un pensamiento propio.

Yo creo que se podría crear algo para el futuro en el mismo sentido, pero integrado por los países de la región. La diferencia es que no es una diferencia banal, es una diferencia estratégica fundamental si miramos en perspectiva histórica que en este ámbito solo estarán los países de la región. No necesitaremos de la mediación de una potencia extranjera. Ese es el paso hacia una independencia que lograremos por medio de la integración. Y yo creo que es la prueba de la fuerza de la integración porque solos los países nuestros, no van a lograr una independencia que permita este debate sin la intermediación de una potencia extranjera en la región.

Las Malvinas es posiblemente el único tema en que existe una disputa abierta con una potencia extranjera referente a una cuestión de soberanía. Otros puntos de la región no involucran temas de soberanía con potencias extranjeras. Tuvimos recientes los casos de establecimientos de bases americanas en Colombia. Gestiones internas en Bolivia. En ambos casos UNASUR accionó con mucho éxito. UNASUR demostró en sus dos primeros retos su capacidad de articular a los países de la región en pro del dialogo y de soluciones mas rápidas y pacificas. Esta capacidad que tiene UNASUR de promover el dialogo entre los países sin la participación de potencias externas o de recurrir a sistemas más amplios de articulación como Naciones Unidas, yo creo que demuestra el potencial que tiene UNASUR evidentemente en todos los temas, pero en Malvinas en particular. Yo creo que ahí es claro y nosotros estaríamos perfectamente dispuestos y abiertos a trabajar en este sentido con Argentina y con todos los países de la región.

Yo trabajaba en Naciones Unidas y tuve el privilegio de hacer declaración en el Comité de descolonización de Naciones Unidas en relación al tema Malvinas, y recuerdo que fue el primer viaje del Canciller Timerman al exterior. Su primera misión fue participar del Comité en Nueva York con una delegación muy importante, para poner nuevamente el tema sobre la mesa. Incluso se solicitó en esa ocasión los buenos oficios del Secretario General de Naciones Unidas para promover un diálogo directo con el Reino Unido sobre el tema, un dialogo en donde el Reino Unido no propició una respuesta adecuada o positiva para esta reivindicación de Argentina y de nuestra comunidad regional. De que exista este dialogo, incluso de los miembros de Naciones Unidas, porque la resolución adoptada por el Comité prevé la existencia de este dialogo como mecanismo para una pronta solución pacífica del tema, en nuestra declaración ante Naciones Unidas expresamos nuestro apoyo  con los países de la región en el reclamo argentino.

El próximo año, cuando el tema este nuevamente presente en Naciones Unidas, estaremos en condiciones de expresar la posición de Brasil de una manera concreta como lo hicimos el 3 de agosto en San Juan, en el sentido de que apoyamos todo el reclamo, incluyendo Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y áreas circundantes.

Yo creo que es importante en la ecuación, y puede cambiar un poco más la percepción pública de nuestras sociedades sobre la importancia de Malvinas, que es el descubrimiento de PRESAL petrolero en Brasil. Este es un tema que yo creo que cambia la visión que tienen los brasileros por ejemplo de  la importancia de la plataforma continental y el hecho de que haya un potencial de mucho petróleo en esta región que podrían cambiar la ecuación de fuerzas en el área energética global. Yo creo que eso trajo para los brasileros un pensamiento de que sí, de que de hecho es estratégico y es importante el control sobre las aguas territoriales. Al final de cuentas esto puede ser un elemento que cambia la posición de Brasil y de otros países en el mundo en un área central que es el área de los recursos de hidrocarburos, y la posibilidad de que esta área se extienda más al Sur, incluso hacia la región de las Islas Malvinas, ofrece otro pensamiento de que tal vez deberíamos organizarnos más estratégicamente los países de la región para proteger este recurso que puede ser nuestro manantial e importante fuente de riqueza para nuestros proyectos de construcción de nación.

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